Una consola de juegos retro es un dispositivo de juego diseñado para reproducir videojuegos clásicos de generaciones anteriores, normalmente lanzados desde la década de 1970 hasta principios de los años 2000, ofreciendo una experiencia nostálgica para jugadores veteranos y una introducción a la historia del gaming para nuevos jugadores. Estas consolas incluyen tanto el hardware original de la época como reediciones modernas (conocidas comúnmente como consolas "mini") que replican la funcionalidad de los sistemas clásicos en un formato compacto, con una selección preinstalada de juegos populares. Las consolas retro originales son dispositivos vintage producidos por fabricantes como Atari, Nintendo, Sega y Sony, tales como el Atari 2600 (1977), Nintendo Entertainment System (NES, 1983), Sega Genesis (1988) y PlayStation 2 (2000). Estas consolas presentan hardware y software de sus respectivas épocas, con juegos almacenados en medios físicos como cartuchos (NES, Genesis) o discos (PlayStation). Coleccionistas y entusiastas buscan las consolas originales por su autenticidad, frecuentemente reparándolas o modificándolas para hacerlas compatibles con televisores modernos mediante adaptadores o piezas de postventa. Jugar en hardware original permite a los usuarios experimentar los juegos tal como fueron concebidos, con los controladores, gráficos y sonido originales, preservando los elementos táctiles y sensoriales del gaming retro. Las consolas retro modernas, o "mini" consolas, son reediciones autorizadas de sistemas clásicos diseñadas para usarse en la actualidad. Ejemplos incluyen la NES Classic Edition, Sega Genesis Mini y PlayStation Classic. Estos dispositivos son más pequeños que el hardware original, suelen ser plug-and-play con conectividad HDMI para facilitar su uso con televisores modernos, y vienen con una selección preinstalada de juegos icónicos (por ejemplo, la NES Classic incluye "Super Mario Bros.", "The Legend of Zelda" y "Metroid"). Replican la funcionalidad original del sistema, incluyendo puertos para mandos (o réplicas inalámbricas de los controladores originales), y pueden incorporar mejoras prácticas como estados guardados (que permiten pausar y reanudar partidas) u salida HDMI para una mejor calidad de imagen. Las consolas retro también incluyen dispositivos basados en emulación que permiten jugar títulos de múltiples sistemas, como RetroPie (un paquete de software para Raspberry Pi que emula docenas de consolas retro) o dispositivos comerciales como la serie Hyperkin RetroN. Estas consolas soportan cartuchos de juegos o ROMs digitales (copias del código de los juegos) de varias plataformas, ofreciendo un único dispositivo para jugar títulos de diferentes épocas y fabricantes. Las consolas basadas en emulación suelen permitir personalización, como ajustar filtros gráficos, usar distintos controladores o añadir nuevos juegos, lo cual las hace atractivas para entusiastas que desean una experiencia versátil de gaming retro. La atracción de las consolas retro radica en su capacidad para evocar nostalgia, permitiendo a los jugadores revivir títulos favoritos de la infancia o descubrir juegos clásicos que no conocieron. También destacan la evolución del gaming, mostrando cómo han progresado las mecánicas de juego, los gráficos y la narrativa a lo largo de décadas. El gaming retro se ha convertido en un fenómeno cultural, con consolas, juegos y accesorios retro formando un mercado próspero —desde hardware original coleccionable hasta reediciones modernas— asegurando que los juegos clásicos sigan siendo accesibles y disfrutados por nuevas generaciones de jugadores.